El terrazo es uno de los materiales que menos inconvenientes presenta a la hora de su conservación y mantenimiento en cualquier ambiente en el que se encuentre. Es un material fiel, resistente, de características insuperables, e ideal para que perdure en el tiempo de manera inalterable y con pocos y sencillos cuidados, mantenimiento y limpieza.

Para conseguir un terrazo limpio, recomendamos seguir los siguientes pasos:

1. Limpiar de polvo y suciedad su superficie, preferiblemente con aspiradora, sin arañar el suelo.
2. Verter detergente líquido con PH neutro en un cubo de agua. Si las manchas son de grasa, se puede añadir amoniaco. Si las manchas están muy secas podemos aplicar sobre la superficie disolvente, dejarlo actuar unos minutos y enjuagar con agua caliente y detergente.
3. Fregar el terrazo con la mezcla, aclarar y dejar secar. Si queremos obtener más brillo, se le deberá aplicar una capa de cera líquida o abrillantador.

Nota: No es conveniente el uso de productos abrasivos, ácidos, vinagre o cepillos duros, que pueden rayar la superficie y romper las juntas.

Si su terrazo acaba de ser pulido, aproveche el momento para limpiarlo, pues habrá perdido un poco de su porosidad natural, lo cual facilitará la tarea de limpieza. Se recomienda pulir el terrazo cada 5 años aproximadamente.